La velá de Santa Ana para los trianeros, que desde tiempo inmemorial celebró cultos en honor de la Abuela que vive casi al final de la calle Larga.
Veladas junto a Santa Ana, no de velatorios fúnebres, sí de regocijo junto al rio.
En otros tiempos la Velá no tenía pregones, ni falta que le hacían...bueno sí, pregonaban los higos chumbos y las avellanas verdes. Velás de puestos de melones y de cabalgatas con carrozas alegóricas y de toda Triana en la calle. Velás para disfrute de la chiquillería remojándose en el rió, con sus grandes cucañas, waterpolo, y caza del pato, y donde hasta la bicicletas circulaban por las aguas... Velás de mucha alegría y diversión con concursos de balcones, de calles y hasta de belleza. Partidos de fútbol, carreras ciclistas, de sacos, de patinetes, carreras muchas carreras. Velás con mucha guasa y cachondeo. Mucho baile y mucho cante.
La diversión a la orilla del Guadalquivir.
Mucho arte por Santiago y Santa Ana.
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